Era tan claro el fraude fiscal que Alberto González Amador se ofreció a pagar. No solo con dinero –más de medio millón de euros en total– sino también con una condena, asumiendo una pena de ocho meses de cárcel por dos delitos; un pacto con la Fiscalía que lo dejaría con antecedentes penales.
González Amador aceptó “íntegramente” el fraude fiscal. Sin discusión. A cambio solo pedía “la suspensión de la pe...