La educación sexual no es obligatoria en España y depende del trabajo voluntario de los equipos educativos. La ley del solo sí es sí o la reforma de la ley del aborto se presentan como una oportunidad para dar pasos valientes para garantizar una formación que contrarreste la narrativa del terror sexual que se impone a las mujeres, como ha ocurrido este verano con la información sobre pinchazos.
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